La guerra de la administración Trump a favor de las bombillas incandescentes sigue su curso y lejos calmarse las posturas cada vez se vuelven más encontradas. Mientras que el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) ratifica su determinación alegando que “unas exigencia más estrictas supondría un importante coste por el ciudadano estadounidense”, el Estado de California se revela y prohíbe a partir del 1 de enero de 2020 la venta de bombillas domésticas incandescentes. Ante esto la Asociación Nacional de Fabricantes de Electricidad demanda a la Comisión de Energía de California (CEC), y exige medidas para frenar la aplicación de esta normativa.
Todo comenzaba en septiembre de 2019 cuando el DOE propuso que las normas existentes relativas a las lámparas incandescentes de servicio general (GSILs, por sus siglas en inglés) no necesitaban ser modificadas. La medida, que pretendía eliminar de forma gradual al bombillas incandescentes y halógenas ineficientes a partir del 1 enero de 2020, es cuestionada así por el Departamento de Energía eliminando las exigencias de mayores niveles de eficiencia energética para la comercialización de este tipo de bombillas de uso general.
Ante esto múltiples organizaciones ambientalistas y en defensa del consumidor se unieron para presentar una demanda colectiva en contra de la decisión tomada por la administración Trump de revertir las normas. Además, un grupo de 15 de estados liderados por New York y California, más la ciudad de Nueva York y el distrito de Columbia, presentaron una demanda por separada en el mismo tribunal. Las demandas sostienen que el Departamento de Energía de la administración Trump actuó de forma ilegal para revertir las reglas con dos años de antigüedad, ampliando los tipos de bombillas requeridas para ser más eficientes desde el 1 de enero de 2020, según una ley aprobada por el Congreso en 2017.
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