“El hallazgo es realmente emocionante porque hemos podido realizar una serie de transformaciones químicas complejas que generalmente requieren luz visible de alta energía usando una fuente de luz infrarroja no invasiva. Estos resultados son muy prometedores para mejorar el alcance y la eficacia de las terapias fotodinámicas, cuyo potencial real para el tratamiento contra el cáncer todavía no se ha podido materializar”, declaró Tomislav Rovis, profesor de química en Columbia y coautor del estudio.
Los científicos han intentado durante mucho tiempo resolver el problema de cómo obtener luz visible para penetrar en la piel y la sangre sin dañar los órganos internos o tejidos sanos. Las terapias fotodinámicas (TFD), utilizadas para tratar algunos cánceres, emplea un “medicamento” especial, llamado fotosensibilizador, que se activa mediante la luz para producir una forma altamente reactiva de oxígeno que puede matar o inhibir el crecimiento de las células cancerosas. La terapia fotodinámica actual se limita al tratamiento de cánceres localizados o de superficie, gracias a esta nueva investigación se podrían llevar estas terapias a áreas del cuerpo que antes eran inaccesibles.
“En lugar de envenenar a todo el cuerpo con un medicamento que causa la muerte tanto de células sanas como las malignas, un medicamento no tóxico combinado con luz infrarroja podría atacar selectivamente el lugar del tumor e irradiar solamente a las células cancerosas”, señala Rovis.
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