Aunque la luz artificial nos ha procurado bienestar y comodidad para realizar numerosas actividades nocturnas, la contaminación artificial origina diversos problemas de salud y trastornos en el sueño. Detallamos algunos de ellos.
Un estudio de cinco años llevado a cabo por el GFZ German Research Center for Geoscience entre 2012 y 2016 encontró que el área exterior iluminada artificialmente de la Tierra creció un dos por ciento anual en ese tiempo, junto con el brillo nocturno. Los investigadores, que habían realizado observaciones satelitales durante varios años consecutivos, dijeron que la contaminación lumínica era incluso peor de lo que sugerían sus hallazgos, ya que no incluían parte de la iluminación LED que usamos cada vez más, específicamente la luz azul.
Los científicos y los ambientalistas están cada vez más preocupados en torno al problema de la contaminación lumínica. Desde National Geographic también alertan sobre cómo “el exceso de luz que arrojamos a nuestros entornos está poniendo en peligro los ecosistemas al dañar a los animales cuyos ciclos de vida dependen de la oscuridad”, advirtiendo de que los humanos estamos poniendo en peligro el planeta al alterar los ritmos bioquímicos regidos por la luz natural, y por ende, por la oscuridad.
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