Actualmente, los LEDs que solemos ver en todos los aparatos que usamos en el día a día se componen de un chip emisor de luz azul y de un filtro fabricado con tierras raras que convierte la luz azul en luz blanca. Estos filtros están muy estandarizados, pero generan una serie de problemas, tanto en su producción como en su impacto directo en las personas. Un proyecto liderado por el instituto IMDEA Materiales pretende acabar con ellos.
¿Cómo? El objetivo del IMDEA es sustituir los filtros de los LEDs que solemos usar por proteínas diseñadas genéticamente y producidas por bacterias. Concretamente, proteínas similares a las que usan los animales marinos para producir luz, y así evitar los problemas derivados del uso de esta clase de filtros.
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