Ya sabemos que la radiación ultravioleta es un práctico agente antibacteriano y antivírico. Hablando de la gripe, consigue romper las moléculas que forman su ADN. El problema es que si excedemos la dosis puede provocar cáncer de piel o cataratas en los seres humanos. Ahora, un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia (EE. UU.), ha conseguido ajustar la dosis para que la radiación ultravioleta acabe con el virus de la gripe sin ningún efecto secundario negativo para el ser humano.
Así, gracias a dosis bajas continuas de radiación ultravioleta lejana (far-UVC) pueden aniquilar el virus de la gripe transportado por el aire sin dañar los tejidos humanos. Los hallazgos sugieren que el uso de radiación ultravioleta lejana en los hospitales, consultorios médicos, escuelas, aeropuertos, aviones y otros espacios públicos similares, podría proporcionar un control poderoso de las epidemias del virus de la influenza estacional, así como de las pandemias del virus de la gripe.
Los científicos han sabido durante décadas que esta luz ultravioleta de amplio espectro, que tiene una longitud de onda de entre 200 y 400 nanómetros es altamente efectiva para matar bacterias y virus al destruir los enlaces moleculares que mantienen unido su ADN. Esta luz UV convencional se usa de forma rutinaria para descontaminar el equipo quirúrgico, por ejemplo.
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