Un reloj interno del riñón juega un papel importante en mantener el equilibrio dentro del cuerpo, según revela un estudio que aparece en 'Journal of the American Society of Nephrology' (JASN). Muchos de los procesos del cuerpo siguen un ritmo diario natural o reloj circadiano que se basa en ciclos regulares de luz-oscuridad a medida que la tierra gira.
Dmitri Firsov y Natsuko Tokonami, de la Universidad de Lausana, en Suiza, y sus colegas han demostrado que el riñón posee un reloj circadiano intrínseco que regula y coordina una variedad de funciones del órgano. "Como la formación de la orina y la excreción por el riñón es uno de los procesos rítmicos más fácilmente detectable (estamos formando y excretando mucha más orina durante el día), se plantea la hipótesis de que al menos una parte de esta ritmicidad depende del mecanismo del reloj circadiano", apunta Tokonami.
Mediante el bloqueo de la expresión de un gen que está implicado críticamente en el sistema de reloj circadiano de las células renales, el equipo encontró que el reloj es responsable de la adaptación temporal de la función renal a las fases de luz y oscuridad del día que se corresponden con la actividad y el descanso.
Estas adaptaciones tienen un efecto importante sobre los niveles de diversos aminoácidos, lípidos y otros componentes de la sangre en el cuerpo. Además, en las personas que toman medicamentos, el reloj circadiano del riñón controla el proceso de eliminación del fármaco desde el cuerpo y, por lo tanto, puede influir en la duración de la acción de un medicamento y la eficacia de la terapia.
"Hemos demostrado que el reloj circadiano en el riñón desempeña un papel importante en diferentes procesos metabólicos y homeostáticos, tanto a nivel intrarenal como sistémico y está implicado en la disposición de fármacos", concluye Firsov.